La hora más sola del día

Esta es la hora 
en que estoy acá en una ciudad
en mitad de Alemania, en medio del frío,
contemplando el mar en forma de río
que se lleva todo
menos tu amor,
menos los muchos días en que no estás.
Esta es la hora 
en que estoy acá
pensando en ti en este desierto
con calles y gentes que caminan sus vidas
sabiendo que muero de soledad
y no de amor.

Quiero

Quiero 

que dejes tu huella enamorada

en cada sueño mío,

que el deseo

nos trasnoche siempre,

que tu mundo

sueñe mi mundo.

Quiero

que me habites

desde la mañana hasta la noche,

que no haya más tiempo

en este mundo que para los dos.

Quiero 
que seas todos mis sueños,

vestirte de desnudez

con mis ojos y mis manos.

Quiero

que los sueños nos sueñen

para al fin conocer la felicidad.

En fin,

que quiero

que vengas a vivir

con tus sueños a mis sueños.

Pensar en ti

Pensar en ti
es regresar a un universo
donde se refugia mi añoranza,
donde puedo ser 
una vez más inocente.
Aún hoy eres el sueño intacto 
de mis primeros años.
En tu recuerdo 
permanece la mirada 
y el corazón latiendo de emoción
del joven que fui.

El amante

Soy 
el triste, 
el solitario,
el que no para de reír, 
el vividor
que vuelve poesía 
tu cuerpo.
Soy el que vive 
en tus sueños,

el que aviva 
tu trémulo deseo.

Soy el beso 
que se desliza
enamorado sobre tu piel

y te despierta.
Soy
el amante.

Tu lengua

Tu lengua,
amiga traviesa,
que deja mensajes secretos en mi boca,
que descifra los silencios de mi pecho,
que descubre un nuevo sitio 
donde mi risa florece,
que me lleva de la mano
hasta el paraíso y me hace volar
más allá de tu vientre,
donde mi mar se agita y crece,
donde la tormenta aumenta 
hasta tocar el cielo.

Tu lengua que dibuja mi cuello,
que me enloquece,

que me devuelve la felicidad.
Tu lengua
que cada noche
deja tu nombre en mi piel.
Tu lengua
que deja sonrisas en mi cuerpo.
Tu lengua
que en silencio siempre me desea.
Tu lengua
que eres tú
diciéndome que me amas. 

Esa noche

Esa noche

nuestras manos

descubrieron lugares maravillosos,

nuestras bocas

dejaron llamas en la piel,

nuestras lenguas se perdieron

por ardientes territorios,

las miradas se quedaron

a vivir en el otro

y nuestros cuerpos

volaron enamorados

en el espacio infinito de los deseos.

Cuando te recuerdo

se despierta en mi piel

el oscuro deseo de aquella noche.

Desnudos

Yo me desnudo ante tu cuerpo
para ser en ti,

para cantar a la pasión.
Yo, el enamorado,
olvido ante tu cuerpo mis tristezas
para ser tuyo beso a beso.
Unidos somos la vida eterna,
el pan de cada día,
sexo santificado
por la desnudez de nuestro deseo.